Frases para recordar (X): El orgullo de la Humanidad

lunes, 10 May, 2010

«Nadie habría creído en los últimos años del siglo XIX que las cosas humanas fueran escudriñadas aguda y atentamente por inteligencias superiores a la del hombre, y mortales, sin embargo, como la de éste; que mientras los hombres se afanaban en sus asuntos fuesen examinados y estudiados casi tan de cerca como pueden serlo en el microscopio las transitorias criaturas que pululan y se multiplican en una gota de agua. Con infinita suficiencia iban y venían los hombres por el mundo, ocupándose en sus asuntillos, serenos en la seguridad de su imperio sobre la materia […] Sin embargo, a través de los abismos del espacio, […]; inteligencias vastas, frías e implacables contemplaban esta Tierra con ojos envidiosos y trazaban con lentitud y seguridad sus planes de conquista».

H.G. Wells. La guerra de los mundos.


Wall-E – 2008: Una odisea en el espacio

domingo, 10 agosto, 2008

Wall-E... ¿o Wally?

Pese a que el abajo firmante ama el cine, no es muy dado a escribir críticas fílmicas. Sí suelo realizar recomendaciones en plan informal, tal película mola, tal otra trata muy bien la Historia, cosas así. Así que el mero hecho de que me siente a escribir sobre una película suele ser señal suficiente de que me ha impresionado (y, a menudo, el mejor halago que puedo hacerle). Y éste, sin duda, es el caso de la última coproducción Disney-Pixar: Wall-E.

Es de esperar que, tras ver producciones como Buscando a Nemo, Los Increíbles, El gigante de hierro o la más reciente Ratatouille, la mayoría hayamos desechado el invalidado axioma de «Cine de animación = Película para niños». En este sentido, la tendencia viene mostrándonos desde un tiempo a esta parte que este tipo de cine puede ser disfrutado plenamente a «nivel adulto», a la par que a «nivel infantil», y nunca ha sido esto más cierto que en el caso de Wall-E.

La película saca a la palestra múltiples temas como la ecología, el espíritu (como aquello que hace humano a algo, no en su concepción religiosa), la alienación de la sociedad humana y hasta el capitalismo, pero de manera tan sutilmente natural que no desentona en absoluto sino que todo lo contrario, refuerza la esencia de ciencia-ficción del filme. Y es que la sucesión de paisajes de abrumadora -y a veces desoladora- belleza, las increíbles conversaciones (casi de cine mudo) a base de pitidos de la robótica pareja protagonista y el perfecto acompañamiento musical, harán que el espectador salga del cine con una extraña sensación de haber disfrutado de una obra maestra, de un «clásico instantáneo», y lo mantendrá reflexionando largo tiempo sobre lo que ha visto. O al menos así ocurrió en mi caso, y lo más importante, consiguió algo que hacía tiempo que no experimentaba con tal intensidad, una sensación con la que el cinéfilo cinéfago suele estar familiarizado, a menudo por lo poco habitual de la misma: La sensación de haber visto algo completamente original, auténtico. Con esencia propia.

Así que no puedo recomendaros lo suficiente que vayáis tan pronto como sea posible a disfrutar en la pantalla grande (ésta sí, es como hay que verla) de la historia que un pequeño dispositivo llamado Wall-E (acrónimo de «Waste Allocation Load Lifter – Earth Class») tiene que contaros. Una auténtica odisea en el espacio. 😉

De robots humanos y seres humanos deshumanizados.  ]

 


[El bardo de la Ciudadela recomienda]
→ Música para robots. 😉

Tema: BSO «Wall-E» – Wall-E.

 

P.D.1: Anteayer fue una fecha un tanto curiosa, por si no caísteis en la cuenta: 08/08/08.

P.D.2: Hace unas horas José Luis Abajo, alias «Pirri», ha conseguido para España la primera medalla en la disciplina olímpica de esgrima. Lo que es una buena noticia, sin duda; pero ya era hora, teniendo en cuenta que la esgrima tanto antigua (con espada ropera) como deportiva son invento español…


La Guerra de los Mundos & Orson Welles

domingo, 12 agosto, 2007

Los trðodes marcianos, sembrando la devastación a su paso.Siempre me ha parecido curiosa la historia sobre las consecuencias que se derivaron de la -más o menos inocente- retransmisión radiofónica realizada por Orson Welles en 1938 en Estados Unidos de una dramatización de la icónica novela La Guerra de los Mundos de H. G. Wells (que pese al parecido de los apellidos, no, no eran familiares).

El susodicho 30 de octubre de 1938, desde el neoyorkino Mercury Theater, y bajo el sello de la CBS, se emitía como parte de un especial de Halloween la adaptación radiofónica del clásico de ciencia-ficción (producida por Orson Welles, y contando con su participación), constituyendo ésta una extraordinariamente vívida adaptación del libro. Los hechos se relataron en forma de noticiarios radiofónicos, narrándose la caída de los meteoritos que realmente eran los contenedores de las naves marcianas que derrotarían a las fuerzas norteamericanas usando una especie de «rayo de calor» y gases venenosos. El locutor narraba frenéticamente «en vivo y en directo» la invasión alienígena de las calles de Nueva York y Nueva Jersey, logrando un realismo (acentuando éste por el uso de efectos especiales sonoros) tal que gran parte de los oyentes de la emisión creyeron que se trataba de un informativo real, cundiendo en pocos minutos la alarma general en el país, que pensaba que estaba siendo invadido por fuerzas extraterrestres tecnológicamente muy superiores. Y todo pese a sendos avisos al inicio y mediado el programa de que se trataba de una dramatización literaria.

Trðode marciano atacando un barco de vapor, en la ambientación original de la novela de Wells.Miles de aterrorizadas personas congestionaron las carreteras en su huida, saturaron las líneas telefónicas y se atrincheraron armados en sus hogares, tratando de resistir al ataque. Orson Welles consiguió reflejar los miedos de la nación ante una inminente guerra en Europa (apenas 10 meses más tarde Hitler invadía Polonia), quedando demostrado el tremendo poder de los medios de comunicación de masas por la histeria colectiva que se produjo. La emisión produjo un fuerte escándalo en los Estados Unidos, y catapultó la carrera del joven Welles. Incluso los amantes de la «Teoría de la Conspiración» opinan que la emisión del programa era en realidad un experimento de guerra psicológica, y que de la reacción del público derivó la política del Ejército estadounidense de ocultar toda información sobre avistamientos OVNI.

Y ante el escepticismo de muchos de nosotros, que sarcásticamente comentaríamos que sin duda la reacción se debió a la inocencia de aquellos tiempos y que por supuesto en la actualidad tal cosa no podría ocurrir, quizás nos equivocaríamos: En 1998 y con motivo del 60º aniversario de la histórica retransmisión, sendas emisoras de radio de México y Portugal emularon a Orson Welles, con resultados muy parecidos. Nuestra falsa sensación de absoluta seguridad se resquebraja con facilidad, dada la total dependencia de la moderna Humanidad respecto de la sociedad y la tecnología.

Lo que es innegable es que la fama del suceso lo inscribió para siempre en la cultura popular a nivel mundial, con constantes referencias en cine y TV (contando con sendas adaptaciones cinematográficas en 1953 y 2005), facilitando que la obra de H. G. Wells terminara de convertirse en todo un clásico imperecedero de la ciencia-ficción.

[ Especial de Halloween de Los Simpsons, haciendo referencia a la retransmisión ]